viernes, 18 de enero de 2008

Pachelbel forever



Ese Pachelbeeelll... :)))

martes, 8 de enero de 2008

Nocturno

"Me gustaría haber sido una flor, una rosa", ronda por mi cabeza.

En la ciudad que llevo dentro es de noche y ha nevado. Camino por sus calles sin nombre y me encuentro con gente sin identidad. Camino sin rumbo, pero he de caminar. Me pregunto por qué me han traído aquí.

Es un laberinto la ciudad que llevo dentro.
Es de nieve el laberinto. De nieve que yace oscura y vieja.
Pero acaba de salir el sol: ha salido como antaño...

Aunque yo sigo pensando lo mismo de antes: prefiero ser flor.

Dijo Darío:

"Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura, porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente."

Hoy Darío vibra en mí.

Los Reyes Magos no existen

Esta vez pedí a los Reyes Magos, señores, unas cuatro cosillas un tanto difíciles de conseguir, "aunque para ellos no lo será", pensé, "pues por algo son Reyes y Magos". Así tendría el argumento definitorio para demostrar categóricamente su existencia o su inexistencia, según los resultados. Alentada por este razonamiento, pedí, señores, lo siguiente:

- Que me fuera posible helar el tiempo.

- Que cuando dijera "Tierra, trágame" la Tierra me tragara (y cuando yo quisiera me dejara libre).

- Que a mis oídos les crecieran párpados para poder controlar lo que entra por ellos y para probar las delicias de un silencio cuasiabsoluto.

- Que se inventara estos días la pastilla del olvido (para olvidar, no para dejar de olvidar) y que no fuera muy cara. ¡Ah! y sin efectos secundarios, por lo que el alcohol, las drogas o la muerte quedaban excluidas.

El día de Reyes me desperté ilusionadísima, pero ni el tiempo se heló a mis órdenes, ni la Tierra me tragó. Y seguía teniendo dos párpados. Ante estos primeros resultados perdí la esperanza de que algún día pueda olvidar lo que quiera cuando quiera.


Dadas estas circunstancias, señores, yo no me corto ni un pelo y afirmo tajantemente que ¡los RRMM no existen!

– ¡Oooooh!

¡Así que exijo que se me devuelva el dinero gastado en tinta y papel para escribirles!

(Aplausos y ovaciones)